Marruecos, cultura, paisajes y magia en El Atlas

Marruecos es un país que desde muy pequeña siempre me ha despertado un gran interés. Al ser de Cádiz, me parecía fascinante tener a escasos 15 kilómetros una cultura tan diferente y que, a su vez, tiene  mucho que ver con nuestros antepasados. La historia de Al-Andalus, el flamenco y gran parte de la herencia andaluza proviene de un sinfín de anécdotas que siempre quise aprender.

De hecho, hay un documental, Las llaves de la memoria donde hay un fragmento muy significativo sobre esta conexión entre los pueblos árabes y andalusí. En cualquier caso, a pesar de que es un país que está separado de España únicamente por 15 kilómetros de agua, forma parte de otro continente y tiene leyes y costumbres que se alejan bastante del acostumbrado espacio schengen.
Por eso, si vas a viajar a Marruecos, te recomendamos que le eches un vistazo al artículo 7 cosas que debes saber antes de viajar a Marruecos

«15 kilómetros separan dos continentes muy diferentes pero con un pasado en común»

Al igual que España, Marruecos limita con el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, separados por el estrecho de Gibraltar y es un país con una riqueza cultural y diversidad desbordantes ya que desde hace siglos han convivido los bereberes, árabes y europeos.

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¿Cómo llegar a Marruecos?

Actualmente son varias las compañías aéreas, entre ellas lowcost, que han abierto nuevas rutas a Marruecos. Desde Madrid, Sevilla, Valencia, las islas Canarias y Baleares, Bilbao, Málaga y muchas más ciudades tienen directos a Marrakesh. Otros destinos importantes son Tanger, Nador, Rabat, Casablanca y Fez.
Lo bueno de viajar en avión es que el cruce de frontera se hace automático desde la aduana del aeropuerto y evitas inesperadas colas en el punto fronterizo.

Si prefieres hacerlo por mar, lo ideal es llegar a los puertos de Algeciras y Tarifa y coger barco o ferry que van a Ceuta y Tanger. Puedes tardar entre una hora u hora y media dependiendo del barco y por supuesto del estado de la marea. Los precios varían bastante según compañía, trayecto, origen, destino, etc, pero entre unos 20-30 €. Si vas por libre, es más complicado ya que vas a necesitar un coche para moverte por allí, y pasarlo en barco es bastante caro. Merece la pena cuando sois varios y compartís el gasto, si no es así, hay bastantes opciones para contratar transfers y excursiones.

¿Qué ver en Marruecos en una semana?

Todas las veces que he viajado a Marruecos siempre lo he hecho a través de una agencia, y lo recomiendo fervientemente si dispones de poco tiempo, poco dinero y viajas sola. Hay mucho que ver en Marruecos, por eso, si vas con un programa puedes aprovechar mejor el tiempo. Es cierto que al viajar con más gente, pierdes el encanto de descubrir nuevos lugares y de disfrutarlos «en soledad» e interactuar con la gente local pero es una buena opción para hacer una primera toma de contacto con el país. El transporte público no funciona demasiado bien por lo que perderías mucho tiempo en desplazamientos si no tienes un vehículo propio, o chofer, lo que aumentaría significativamente nuestro presupuesto.

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Norte de Marruecos

Chefchaouen

Es una ciudad situada al noroeste, en las montañas del Rif. Fue fundada por los bereberes en el siglo XV y su nombre significa «mira los cuernos» que hace referencia a los dos picos visibles de la ciudad. Conocida por las casas y fachadas azules que varían su tonalidad en las diferentes calles, la perla azul del Rif enamora por sus callejuelas empedradas que recuerdan a Vejer de la Frontera, con la que al parecer le une alguna que otra leyenda.

Tetuan

Al norte de marruecos, muy cerca de Tánger se encuentra esta ciudad tan poco explotada turísticamente y que en bereber significa los ojos. Fue capital del protectorado español de marruecos y posee una gran esencia andalusí. Es realmente interesante recorrer su casco histórico, el cual fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, visitar la medina, las curtidurías y el cementerio.

Tanger

La gran protagonista del norte de África desde tiempos inmemorables. La moderna y cosmopolita puerta de entrada al continente es el segundo centro económico del país, después deCasablanca y ofrece todo tipo de entretenimiento para los amantes del bullicio y el ajetreo. Hipnotiza ver este contraste de culturas africanas y europeas en una sola ciudad. Además es la ciudad ideal para hacer todas las compras.

Asilah

 O Arcila es un encantador pueblo pesquero que se encuentra a unos 40 km al sur de Tánger, a pie del Atlántico. Es conocida por sus playas de arena fina, su cuidada y amurallada medina y por su oferta gastronómica, sobre todo en pescado.

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Aterrizando en Marrakesh

Otra opción es llegar directamente a Marrakesh en avión y programar diversas excursiones desde allí ya que es un centro neurálgico para ver y hacer muchas cosas. Situada al oeste de Marruecos, esta ciudad imperial es un importante centro económico que aglutina mezquitas, palacios, jardines y una ciudad medieval amurallada que parece un laberinto. Hay que tener cuidado porque efectivamente es bastante fácil perderse.

A mi parecer, Marrakech invoca muchas escenas de la película Aladín, no solo por el bullicio de su plaza más importante, Jamaa el Fna, si no por la cantidad de movimiento que se vive en el Zoco.

Una vez recorrida la ciudad y visitado los emblemáticos lugares, los alrededores son muy interesantes si vas a estar varios días. Desde Marrakesh puedes encontrar excursiones de uno o varios días a Essaouira, las montañas del Atlas, Dunas de Merzouga, desierto Agafay, cascadas Ouzud y mucho más, como el mismo eslogan del país: Much more.

La página Turismo Marruecos tiene mucha información sobre excursiones y rutas desde Marraketc. 

Fez, medina y zoco

Aunque es una de mis ciudades imprescindibles para conocer es la que tiene peor acceso, ya que se encuentra un poco en el medio de todo, con lo que tardaremos unas cuantas horas en llegar desde prácticamente cualquier enclave del país. A pesar de ello, Fez es una ciudad particularmente atractiva, con una cultura viva y una actividad sin descanso. De hecho, es conocida por ser la ciudad cultural y espiritual del país, y capital, además, del Islam en Marruecos.

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La medina es su atractivo neurálgico, donde puedes perderte en su laberinto de callejuelas y formar parte del conglomerado dinámico diario de quienes se dedican a la actividad comercial. Hay que tener especial cuidado con nuestras pertenencias y de no perderse, ya que el ajetreo de la medina es verdaderamente hipnotizador. Además, en esta zona es menos común que los locales hablen español, como ocurre en el norte.

Es muy popular la curtiduría de la medina, donde mantienen la técnica desde la Edad Media. Es una panorámica curiosa llena de garrafones con tintes de colores donde procesan las pieles para convertirlas en cuero. Lo ideal es visitarlo temprano, ya que con el calor el olor puede llegar a ser bastante fuerte.

Es interesante también visitar las medersas (escuelas coránicas), mezquitas como la de Karaouine (la segunda más grande de Marruecos), El Mellah (Barrio Judío) y el Palacio Real aunque solo se puede ver por fuera pero merece la pena.

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Merzouga, Desierto del Sahara

Sin duda, es uno de los ecosistemas más sorprendentes. Da igual que lo hayas visto en las películas, en internet o en documentales. Poner los pies en la arena quemada de un desierto es algo que rara vez vamos a olvidar. Fueron muchas horas de carretera, pero es algo que personalmente no me molesta: paisaje, música y desconexión total. De hecho, los primeros brotes de paisaje desértico te empiezan a despertar del acostumbrado paisaje montañoso.

La primera parada la hicimos en Midelt, una ciudad situada en el centro de marruecos, entre el Atlas medio y el gran Atlas, en las faldas del monte Ayachi. Recientemente ha comenzado a recibir viajeros debido a su ubicación: se encuentra en la ruta del desierto y hace de base en los viajes hacia la cordillera del Atlas.

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Y llegamos a Merzouga con los ojos bien abiertos y un clima espectacular a pesar de que era diciembre. Sí, la gente piensa que en los desiertos siempre hace calor y no es así. Si el sol se va, hace el mismo frío que en cualquier ciudad de interior del hemisferio norte.

Merzouga es un destino muy bien organizado donde puedes hacer distintas actividades desde excursiones a las dunas en dromedarios, en 4×4, squad, o incluso deslizarte por las dunas en tablas de sandboard. Las dunas del Erg Chebbi es algo sencillamente espectacular. Un paisaje impío propio de un wallpaper de Windows. Es como si se borraran automáticamente las huellas de todos los que pasan por ahí para quedar perpetuamente virgen.

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Las excursiones debes de contratarlas con guías y personas que conocen y se orientan perfectamente en el desierto. Meterse por libre es una auténtica locura. Por unos 25-30€ puedes hacer una excursión en todoterreno, una divertida forma de recorrer las dunas y quemar amortiguador mientras sacas medio cuerpo por la ventanilla.

Otra experiencia única es pasar una noche en el desierto. Para ello, hay instalados unos campamentos formados por jaimas en la zona de los palmerales. Puedes llegar en 4×4 o en camello. No soy muy fan de involucrar a los animales en la actividad turística pero con la excursión que iba, tenían ese desplazamiento contratado y negarme hubiera implicado ganarme alguna enemistad que otra sin que realmente tuviera gran repercusión.

millones de colores en el día y millones de estrellas en la noche

Las jaimas del campamento me parecieron espectaculares. ¡Tenían hasta baño! Y alfombras, coloridas y diferentes alfombras por doquier. Cuando llegó la noche, nos apartamos del campamento y con una linterna buscamos un lugar alejado donde no se oyera el ruido. Nos tumbamos en la fría arena (ya no habia sol) y fue la noche más mágica que he podido contemplar. Millones de estrellas. Un silencio inaudito. Inmensidad.

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El frio que pasé durante la noche se me olvidó en el momento que el sol apareció entre las dunas y bañó mi recuerdo helado.

Gastronomía

Un país que no solo sorprende por la historia, los paisajes, el arte y la cultura, sino que también conquista a través de su gastronomía. De hecho, uno de mis platos favoritos es la Pastela, una especie de hojaldre que combina lo salado (pollo condimentado mezclado con almendras y especias) con lo dulce (azúcar glacé y canela). No es tan fácil de encontrarlo en todos los restaurantes así que lo ideal es preguntar en el restaurante y encargarla si fuera necesario.
El Tajine es el guiso por excelencia de Marruecos: bueno, sano y barato. Su nombre lo da el recipiente en el que va servido, una cazuela de barro con tapa en forma de cono que guarda el calor del guiso. Suele ser pollo con verduras estofadas.
El cuscús es otro de mis favoritos: sémola acompañada generalmente de carne o un guiso de verduras. La guarnición puede variar. La versión que más me gusta con piñones, almendras y pasas.
Hay miles de platos por probar aunque si tienes el estómago sensible te recomiendo ir a lugares con cierta reputación, ya que a muchos les puede hacer daño el agua con la que se cocina o simplemente los condimentos y especias tan características de esta gatronomía.

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Qué comprar en marruecos

Si eres fanátic@ de la cosmética natural, Marruecos es un país que vas a disfrutar el doble. 
Hasta que no viajé a Marruecos, no dimensioné toda esa explotación de cosméticos y productos destinados para el cuidado y belleza, tanto de mujeres como de hombres.

Empezando por el Kohl, que es como una máscara de ojos hecho con galena molida, que al parecer es hipoalergénico, antiséptico y bactericida y previene infecciones oculares como orzuelos y conjuntivitis.

El aker Fassi, un polvo de amapola natural que se usa como pintalabios porque es intenso y duradero. 
El aceite de argán es bastante barato en Marruecos y natural, pero como todo, vigila donde lo compras porque pueden darte gato por liebre. 

La conocida Henna, es el colorante natural utilizado en tatuajes y en el pelo. Además, dicen que al pelo le aporta vitaminas y lo fortalece devolviéndole su brillo natural. 
Y así con millones de productos que merece la pena conocer en cualquier establecimiento donde además te hablan de sus propiedades y beneficios como el aceite de higo chumbo, la arcilla ghassoul, el aceite de amla y un largo etc donde personalmente me gustaría incluir las piedras de almizcle y ambar. 

estadocivilviajera
Periodista, fotógrafa, viajera, imperfecta, humana, soñadora, incoherente, cabezona pero buena gente.

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